Rox -not so- personal life

8.2.06

Mi abuelo Beto

Mi abuelo nació en 1912 (o algo asi) en Parral, Chihuahua a media revolución. Dicen que a "mamita" se le adelanto el parto por el susto que le pegaron unos villistas que llegaron a la ciudad. No se si sea por eso, pero a mi abuelo Beto siempre le gusto la historia de Pancho Villa. Uno de sus relatos preferidos que contaba a los huercos (sus nietos) fue cuando se enteraron que mataron a Villa y fueron corriendo a verlo al coche todo balaseado. Contaba donde estaban las heridas y como fue la emboscada, casi como si hubiera sido uno de tiroteros (como chingados se diga). Segun eso, se acercaron tanto al coche, que tomaron una moneda que traia Villa, y que se cayo por un balazo. Nunca vi la moneda.

Tuvo 2 familias, la de mi papa es la segunda, pero como buen Macho Mexicano (mr) se las ingeniaba para atenderlas a las 2, al menos, hasta la adolescencia de mi papa, con la que se quedo al final, para mi suerte. 9 hijos entre las 2 y creo que como 3 por ahi regados. Mi mama me contaba que un tiastro mio se murio de un motociclazo y mi abuelo se agüitó, a pesar de que lo habia visto muy pocas veces.

Mi abuelo fue de los primeros que salieron del "Poli". Era ingeniero civil petrolero, por lo que entro a trabajar a PEMEX en esos tiempos donde la petrolera pagaba harto bien, con grandes prestaciones. Mi abuela cuenta, siempre con el ceño funcido que "por bruto" no se quedo en PEMEX, porque podía heber tenido una superjubilación. Como padre, siempre fue estricto, mi papa cuenta los cintarazos que les ponia. Pero como abuelo, solo se dedicaba a vigilarnos y a reirse de nuestras pendejadas. Me acuerdo mucho de esa risa fuerte y sincera que los norteños tienen.

Todos sus nietos de este lado sumamos 10, divididos en 5 y 5 por edades. Yo soy de la primera huerquiza. Con una estatura de 1.85, tendria que bajarse mucho para darnos un beso cuando eramos enanos, por lo que siempre poniamos muy pegados los brazos al cuerpo, doblando los codos y poniendonos muy duros para cargarnos facilmente de ahí y nos besaba en la frente. Mientras nos veia jugar, se tomaba su tequila y nos dejaba meter el dedo en el caballito. Era uno de nuestros juegos, meter el dedo al tequila y correr al rededor del comedor. Jueguito que a mi abuela no le agradaba nadita. Si salia con el al parque, me tomaba del cuello con los dedos gordo y anular.

Todo primero de secundaria vivi en su casa y para una pre-adolescente con un genio de la chingada, era el unico que no me molestaba. Lo que mas me acuerdo de esa época fue su activismo politico pro-villa: decia que en tlanepantla estaba a punto de conseguir que le hicieran una estatua. No se que tanto hacia por alla, pero lo entretenia todo el dia. Un dia llegaron las testigos de jehová a chingar. Mi abuelo les dijo que esperaran y saz! que sale con la manguera a mojarlas! jajaja! le cagaba todo lo religioso, fuera la religión que fuera. Despues vivi en guadalajara y no lo veía tanto como antes, por eso, no me di cuenta cuando le comenzo a fallar la memoria.

En mi familia (de su lado) han sufrido de ese mal de los ruquitos, que no saben que pedo con nada. Se acordaba perfectamente de tiempos del Señor Presidente Avila Camacho, pero no de quien era yo, o que hacia en algun lugar. Por supuesto que no fue de un jalon, incluso no se si el se llego a dar cuenta que le fallaba la maceta. Simplemente dejo de hablar demasiado y comenzó a portarse como niño.

A mi abuela le molestaba, a los demas nos causaba mucha gracia. Se robaba cositas de las casas que visitaba y decía cosas fuera de lugar o muy repetitivamente. Cuando fue a mi casa de casada, estaba impactado con el suelo, decia que podiamos armar grandes bailes ahi, ja.

En ese estado mental, empezó otra vez a creer en dios, pero como los niños, no le daba verguenza nada, incluso las cosas sexuales. Asi que de repente decia cosas sobre las mujeres y sus tetotas que pasaban por ahi, o que si la camioneta de mi papa era ideal para cogerse viejas. juar!. Cuando no se queria tomar sus medicinas, mi abuela le hacia caritas y cariñitos para que se las tomara.

Unos dias antes de venirme a europa por primera vez me toco llevarlo de urgencia a emergencias. Siempre fue fuerte, si acaso una gripe, pero nada de cancer, hepatitis, hipertensión o esas cosas. Lo lleve porque se queria escapar de la casa y estaba demasiado nervioso. Y no era facil controlar a un señor de 1.80 (la estatura se reduce con la edá).

Aqui en Madrid, y después de decirles por mail a mis papas que no me regresaba aun a México, me dijeron que mi abuelo Beto habia muerto. Solo me dijeron "tu abuelito ya descansa, pero estamos bien". Me fui a llorar a la plaza mayor. No me caia el veinte. Me dolió no estar ahí con toda mi familia. Son de esas cosas que sabes que pasaran, pero hasta que lo vives, sabes lo que se siente.

El impacto de que mi abuelo muriera duro un tiempo, incluso en mi familia lo resintió fuertemente. Ya en GDL, mi mama me conto como fué. Nunca lo he ido a "ver", no creo en la vida después de la muerte y esas cosas, pero sin duda, su recuerdo sigue muy presente.